Creo sinceramente que nadie puede acusarme de haber tenido alguna vez actuación machista alguna. Espero que esta tampoco sea tenida en cuenta como tal, ya que no importa la alución genital sino el contenido de la misma y la forma figurativa y soez que titula mi nueva entrada.
Mucho me alegra tener un nuevo presidente y poco me importa cuál sea su género. No es y espero no será la primera mujer presidenta. Así como tampoco es ni será nuestro primer (o primera, como gustéis) presidente sin bolas.
Hace poco tuve la ingrata oportunidad de observar por televisión pública, abierta y por aire lamentables atentados en contra de personas, trabajadores y empleados, así como también atentados contra bienes argentinos. Los mismos se sucedieron en Ezeiza. Y fue algo como esto:
Miles de pasajeros varados y vuelos reprogramados en otro día de furiaDónde muchos de ellos, identificados por mi como españoles por su forma de hablar y de insultar agredieron conjuntamente a personas nacidas en este pobre país deteriorado, instalaciones que serán utilizadas por nosotros; a personas que trabajan como nosotros y que supongo, tendrán nuestros mismos derechos de quejarse (¿?).
Sólo una pregunta de un inoportuno pudo hacerme notar que las quejas eran contra la empresa española Aerolíneas Argentinas (que de argentinas solo le queda el nombre). Cömo es posible permitir a españoles agredir a personas y elementos argentinos en señal de protesta contra empresas de capital español. ¡Colmo de los colmos! Españoles enojados con empresas españolas rompiendo caras y ventanillas argentinas. Qué mundo permitimos?! En qué mundo dejamos de preguntarnos: ¿pasa o dejamos que pase? Y mucho peor, colaboramos para que pase... y no decimos nada.
Para ellos mi repudio.
