lunes, junio 28, 2010

Salir de allí... (original)

A pesar de la corta extensión, el pasillo se presenta enorme.
Al tercer paso nota la infinita distancia que me separa del patio interior. Mirar atrás ya no pertenece a mi. Solo huir, por donde sea, pero huir.
Y pensar que tiempo atrás juré jamás entrar.
Zafo de uno pero el segundo me coge del brazo y con un tercero que se abalanza sobre mis piernas con sus botas por delante, ya no puedo resistir. Desde el suelo es más difícil.
Entre sacudidas cuento cinco, quizá seis. Pero solo veo una enorme aguja que se acerca, que se vuelca, que no pretende dejarme íntegro.
¡Amarillo! Justo amarillo debía ser aquella maldita cosa que en otro momento no hubiese esquivado, aunque allí no, allí no la quiero…y me la dan igual.
Protestas, amenazas. Súplicas y venganzas. Nada detiene su marcha y se inyecta en mi piel. No la siento, solo quema el brazo por debajo de las manos que lo aprietan. Y me adormecen. Al menos eso creen. Yo, expectante. Se que están ahí. Lo sé. No muevo nada. No digo nada. Solo respiro, alteradamente, pero respiro. Luego más lento y más lento. Hasta que solo quedan ideas. ¡Mis ideas!
Sin embargo me relamo. Dentro de mi nada cambia, sólo que nada puedo ya hacer. Por lo que relajo mis músculos y únicamente atino a mirar hacia dónde estaba la entrada que ahora solo es salida. Y duermo. Y pienso. Y veo atrás, ahora puedo, veo que logré, a pesar de todo, vivir hasta aquí..