martes, agosto 25, 2009

Federico estaba...

Federico estaba solo.
A Federico le gustaba tener alguien a su lado en domingos. Era domingo. Federico estaba solo.
Antes no.
Le gustaba ir al cine con ella.
Le parecía muy feliz, sonreía con rubí y carmesí; arriba y abajo.
Pensaba si el castigo sería igual; si el arrepentimiento implicaba no querer hacer más aquello de lo que se arrepentía o solo estar arrepentido por querer estar a cada instante con eso.
La cuestión era que Federico no sabía si arrepentirse por haber hecho lo que él consideraba un tanto canallesco o arrepentirse por desear y casi gustarle aquello por lo que él quería arrepentirse.
Fede Máthé